dijous, 5 de novembre del 2015

La nobleza del deporte, sobre la disputa de Valentino Rossi y Marc Márquez

   Que el fútbol es un tema que no tiene solución en cuanto a respeto y deportividad se refiere, ya lo sabemos, Aficionados de un equipo se lian a insultar y agredir de todas las formas posibles verbales o físicas (si las fuerzas de suguridad no lo impiden) a los aficionados del equipo rival, declaraciones de jugadores y directivos provocativas, páginas y páginas de periódicos interesándose más por la polémica extradeportiva que al acto deportivo en sí...

   La lástima es que este modelo de deporte se está expandiendo a los deportes que hasta hace muy poco eran nobles, Tenemos ahí al tenis, por ejemplo, donde hasta hace unos años era la lucha entre dos tenistas y la gente disfrutaba ganara quien ganara. Pero en los tiempos actuales, sobre todo en la Copa Davis, lo normal es crear un ambiente de presión sobre el tenista del equipo foráneo para ganar a toda costa la preciada "ensaladera". Para ello el público se viste de forofo y ensalza los puntos de su equipo, mientras que sin desvestirse gritan y silban a los rivales.

   Estos días estamos presenciando lo peor de otro deporte, el motociclismo. Está muy bien que un piloto de Moto GP tenga sus aficionados. Está muy bien que esos aficionados se alegren y celebren la victoria de su piloto favorito, Pero ese piloto debería corresponderles con una lucha noble en una carrera, no usar las malas artes. Si gana, ganará con toda legitimidad, y si pierde, puede ofrecer a sus aficionados el haberlo intentado. Pero todo ello dentro de la Deportividad. Ganar un campeonato de motocilismo haciendo caer a un piloto que también quiere ganar una carrera (como es lógico) aunque no tenga opciones de cara al campeonato pero que puede restarte puntos no es de recibo. Una cosa es chocar con alguien en el afán de conseguir la victoria y por desgracia hacerle caer y otra hacer caer de forma intencionada al rival. Eso no es deporte. Lo siento por Valentino Rossi, pero este no es un buen colofón a su carrera.