dimarts, 6 de setembre del 2011

Economía de la subsistencia

Me preguntaba el porqué de que en los menús de bares y restaurantes los jueves se dispone de arroz o paella. Siempre los jueves. He encontrado varias teorías al respecto, desde los que opinan que es debido a que los pescadores en el pasado se echaban al mar los lunes y la pesca no llegaba a los mercados interiores hasta el jueves, hasta los que opinan que es debido a que las empleadas del servicio doméstico, como libraban los jueves, dejaban preparados los ingredientes el día anterior, para que las "señoras" de la casa sólo tuvieran que añadir los ingredientes el jueves. Otra teoría, quizás la que más me convence, es la de un cocinero que contestaba en un foro acerca de esta misma cuestión. Decía que era para aprovechar las sobras del resto de la semana, ya que el viernes hay menos gente en los restaurantes ya que muchos hacen jornada intensiva en sus puestos de trabajo. En cambio, también hay las hipótesis más descabelladas, como la del que dice que se sirve el jueves porque Franco solía ir a comer paella los jueves y los restaurantes se apresuraban a tener el plato listo por si al dictador se le ocurría aparecer por allí (qué horror).



En cuestión de aprovechar, también podríamos mencionar el origen del "pan con tomate", típicamente catalán, que proviene del ablandamiento del pan duro restregando el tomate maduro sobre él y añadiendo un poco de aceite.



Asimismo, también se aprovechan los restos del caldo para hacer croquetas o canelones.

Todo ello, como vemos, proviene de tiempos pretéritos, donde, o sea por necesidad o por escasez, la gente tenía que aprovecharlo todo. No se vivía en la abundancia ni sobraba nada. Por ejemplo, nos sorprende que una persona mayor afloje una de las dos bombillas de su lámpara del comedor para gastar menos, aunque a nosotros nos parezca que no se ve nada. O que llamen a un reparador de electrodomésticos (porque, ¿existen aún, verdad?) para arreglar su lavadora, en vez de comprarse una nueva de esas que están diseñadas para que duren cinco años.

Quizás deberíamos fijarnos un poco más en nuestros mayores. Es inconcebible la destrucción a la que estamos sometiendo a este planeta a base de despilfarrar energía, con sus efectos medioambientales y produciendo todo tipo de basuras de aparatos fácilmente reparables o envases de difícil reutilización o reciclaje. Ellos ahorran lo que pueden y aprovechan lo que tienen porque han padecido escasez y lo valoran. Valoremos también lo que tenemos y no lo echemos a perder. Está en nuestras manos.

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