dimecres, 18 d’abril del 2012

Las reglas del juego

   ¿Te gustaría que jugando al parchís y tengas que adelantar veinte casillas por haber "comido" una pieza del rival, éste cambiara las reglas del juego y dijera que desde entonces sólo se cuentan 10? ¿Y si eres aficionado al ajedrez y cuando estás a punto de hacer un jaque mate moviendo el alfil en diagonal hasta conseguir el mate con las blancas el jugador con las negras dice que a partir de entonces sólo puede moverse el alfil en vertical y horizontal? ¿Te gustaría?



   Cuando una persona va dejando atrás la edad de la niñez y la adolescencia, va adquiriendo cada vez más responsabilidades y entra a formar parte de la edad adulta, cuando llega la hora de dejar esos estudios que le han acompañado los últimos años y empezar en el difícil mundo laboral, para conseguir la independencia económica tan deseada para conseguir esos bienes tan deseados por todos, como la casa o el coche, o ese ordenador o videojuego que le gustaría tener. Aprende que si compra una casa, tendrá que conseguir que un banco le preste el dinero. Que si compra la casa deberá pagar unos impuestos al ayuntamiento. Que le debe quedar dinero para comprar comida. En fin, deberá aprender a administrarse.

   Pero ¿qué sucede cuando se cambian las reglas del juego? Se está viendo ahora más que nunca, ya que en un contexto de crisis, y más en una enorme crisis como la que estamos viviendo, los gobernantes que tan mal nos han administrado el dinero que tan ávidamente nos recaudan no cesan de seguir apretando las tuercas de la población retirando los derechos y bienes ganados con los años, cambiando esas reglas del juego en plena partida. La sanidad gratuita de que disfrutábamos hasta ahora estamos a punto de perderla. Los medicamentos de nuestros abuelos que hasta ahora no pagaban, ya les van a cobrar. La gasolina, la cual es muy barata por si sola, es pagada a precio de oro por los impuestos que nos imponen los gobernantes. Las indemnizaciones que se pagaban por despedir improcedentemente a un trabajador han pasado a mejor vida. Suben los impuestos muy por encima de los que suben los precios (y eso aunque sean ellos mismos los que tengan la culpa de su situación de bancarrota y con ello nos arrastren a nosotros). Los servicios como el agua, la luz y el gas los suben de precio una barbaridad para recaudar más. ¿Y aún quieren jugar conmigo? ¡No juego!

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