Según leo en la prensa, el gobierno noruego, muy "guay" él, y muy "moderno" también, ha decidido que los estudiantes de la carrera diplomática impartan un curso de "black metal", o sea, un "subgénero extremo del "heavy metal" que se caracteriza por las letras satánicas y anticristianas, la exaltación de la violencia y una estética inspirada en la muerte". ¡Pues si señor! Justo los valores que necesitamos en nuestra sociedad, donde la violencia brilla por su ausencia. No hay guerras, ni atentados, ni peleas, en definitiva, debe haber demasiado amor y por eso hace falta dar clases de violencia y anticristianismo. Afirman que los diplomáticos deben tener conocimiento de este movimiento, ya que es un "producto de exportación". Dicen que la finalidad no es, ni mucho menos, enaltecer ni promover esta tendencia, pero vaya, parece que promoción no le faltará.
Profanación de tumbas, asesinatos, suicidios, quema de iglesias... ¿es ésto lo que quieren enseñar? Si yo fuera del gobierno noruego no estaría muy tranquilo sabiendo que los seguidores de esta tendencia no son muy amigos de la política y los políticos. A ver si van a crear un monstruo...
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