dimarts, 13 de març del 2012

Ashley, ¿qué te has hecho?

   Asustado me he quedado de ver la foto de la "nueva" Ashley Judd en un "talk show" canadiense. Parece que la señora Judd no era consciente de su belleza natural y ha creído que tenía que embellecer su cara con una nueva técnica estética. Naturalmente, el resultado ha sido horrible. ¿Se verá guapa ahora?. La verdad es que viendo las dos fotografías, una de antes de hacerse semejante esperpento y otra después, no hay color.



   Hace unos días, otra actriz que se ha estropeado la cara, Emmanuelle Béart, entrevistada en Le Monde, repudiaba las operaciones de cirugía estética. Criticaba que hubiera optado por el bisturí antes que por la ayuda psicológica. No sé si es ayuda psicológica lo que necesitaba, pero al menos es consciente de que no debía haberlo hecho, aunque ya sea tarde.



   Son dos casos con un denominador común, el creerse que han perdido su belleza. ¿Cómo hacerles ver que son imaginaciones suyas y que no hay ninguna operación ni tratamiento quirúrgico que mejore su aspecto? ¿Quien conoce a alguien que se haya puesto silicona en los labios o bótox en la cara y que haya mejorado lo que había? El tiempo pasa para todos y cuanto antes sea aceptado se evitarán desgracias como en los dos casos anteriores.

Difama que algo queda

   Parece mentira que se sigan permitiendo ciertas prácticas en los medios de comunicación referentes a las informaciones que se muestran en ellos carentes de todo rigor y faltos de la más mínima comprobación.
   Resulta que cualquier personajillo que quiera salir del anonimato puede lanzar las acusaciones que le dé la gana o decir cualquier tontería que tendrá un sitio asegurado en un programa de televisión. Igual pasa con las noticias de los informativos, que sin haber seguido el más mínimo código deontológico lanzan noticias que no son ciertas, o se malinterpretan a conveniencia de la ideología del informador.
   No se puede comprender que las autoridades permitan que salgan a la luz noticias que son falsas y que salgan personas anunciando noticias que no se han comprobado previamente. No puede permitirse de ningún modo, sobre todo cuando puede causar daño a gente afectada por la noticia. Debería ser una práctica penada por ley.

dissabte, 11 de febrer del 2012

Por media hora de nada...

   No me beso porque no llego. Ayer tuve una experiencia realmente sorprendente que todo el mundo debería realizar al menos una vez en la vida. Así, cuando seamos mayores, podremos contarle a nuestros nietos lo bien que iban las cosas en nuestro tiempo. Pero paso a relatar lo que realmente me pasó.
   Marco el número de teléfono. Me sale una voz grabada. Me piden el número de la linea para la que quiero la gestión. Se lo doy. Me sale la voz grabada diciendo qué quiero hacer con ese número de línea. Le digo que quiero darlo de baja. La voz grabada me dice que aguarde y que me atiende un comercial. El comercial me pregunta que qué es lo que deseo. "Quiero darme de baja del servicio de Internet que tengo contratado con ustedes", le digo. "No se retire que le paso con la sección de bajas", me dice. El departamento de bajas: "¿Qué desea?", me vuelven a preguntar. "Quiero dar de baja el servicio de Internet que tengo contratado con ustedes", le repito. "¿Puede decirme el motivo por el que se da de baja?", me dicen. "Pues sí, yo no podía tener conexión ADSL en mi casa porque no me la podían poner todavía y mientras no tuviera banda ancha, no podía conectarme a Internet de otro modo. Ahora, como ya tengo banda ancha, ya no me hace falta el módem", les respondo. "Si quiere puede mantener la línea de forma que sólo gastará lo que use el módem. Si no lo usa no tendrá que pagar nada", me proponen. "No. He dicho que quiero dar de baja la línea. No voy a usar más el módem. ¡Quiero dar de baja la linea! Nada más". "De acuerdo, entonces procederemos a grabar la conversación para que quede constancia de que quiere dar de baja la línea. Aguarde un poco mientras preparo la grabadora", me dicen. De todos modos, parecía que la señora que me atendía no era muy despierta que digamos. "Estoy intentando poner en marcha la grabadora, no se retire". Suena una musiquilla de fondo. Al rato, "Un momento, no se retire, si no lo consigo yo, ya le pondré con otra compañera para que realice la grabación". La musiquilla de nuevo. De repente, se interrumpe la llamada.



   Vuelvo a llamar. Tras unos diez minutos más en los que vuelvo a realizar los trámites pertinentes, y después de conseguir que me atendiera una persona más eficiente, conseguí, por fin, darme de baja de mi linea de Internet. ¡Qué satisfacción! Y total, por media hora de nada...

divendres, 3 de febrer del 2012

¿Qué hemos hecho de nuestro mundo?


   Dice el primer texto de la Biblia que Dios creó los cielos y la tierra. En los primeros versículos del primer libro de los 66 que consta la Escritura se nos cuenta la formación de la tierra y cómo se fue desarrollando y poblando. Posiblemente el que lea esto no sea creyente, pero lo que nadie puede negar es que antes de convertir nuestro mundo en lo que hoy es, la Tierra era un planeta con unos recursos por explotar. Quién podría suponer en el principio que convertiríamos aquel mundo en un sistema en el que la avaricia y la inconsciencia de la raza humana nos están llevando a la hecatombe. A nadie le importa lo que le pase a la persona que está a su lado. Todo se ha basado en la obtención del dinero como el modus vivendi universal. Todo el mundo tiene como objetivo en la vida conseguir un trabajo para ganar dinero con el que pagar sus necesidades. Y cuanto más ganes, mejor. Más dinero, más capacidad de obtener cosas y más poder. De ahí que muchas veces la gente lo quiera a costa de no ganarlo honradamente. Cuando Dios hizo los cielos y la tierra nos dio todo cuanto necesitamos. Nos dio el suelo donde pisamos y todo lo que necesitamos para progresar y hacer el mundo mejor. No es malo ir evolucionando. El fuego, la rueda, el alimento, todo ello nos lo dio a través del progreso de la raza humana, y a partir de ahí, al hombre se le dio la facultad y el libre albedrío de ir poco a poco desarrollando sus cualidades e ir evolucionando y perfeccionando sus inventos. Cuando Dios hizo los cielos y la tierra, nos dio la libertad de hacer con los recursos que nos puso a nuestro alcance lo que creyéramos que era lo mejor para las personas y el mismo planeta. Pero eso era la intención, claro. Quizás cuando Dios hizo los cielos y la tierra nos dio la facultad de escoger y, en consecuencia, de equivocarnos.



   Cuando Dios hizo los cielos y la tierra, y los recursos que nos dio, no quiso que sólo unos pocos se aprovecharan de ellos. Cuando hizo las plantas, quiso que algunas de ellas fueran buenas para uso alimentario, otras para uso aromático y otras para uso medicinal. Y de ahí pasamos a desarrollar medicinas químicas. Pero se trataba de desarrollar medicinas para todos, no para unos cuantos, ni para probarlas como conejillos de indias en los países pobres de África, ni para que los intereses de una industria farmacéutica ávida de dinero inventaran además de las vacunas, las enfermedades que se curan con ellas. O investigarían la erradicación de las enfermedades contagiosas o mentales, en vez de potenciar el uso de medicamentos a enfermos crónicos (¿o deberíamos decir potenciar enfermos crónicos proporcionando medicinas que causan dependencia?). Si desaparecieran las enfermedades, no harían falta medicamentos y en consecuencia las farmacéuticas no ganarían tanto dinero como ahora. Prefieren a gente enferma antes que sana.  

   Cuando Dios hizo los cielos y la tierra, quiso darnos unos recursos para todos, que cada hombre y cada mujer pusiera sus capacidades y sus dones para ayudar al prójimo y, entre todos, hacer un paraíso aquí, en la Tierra. Unos desarrollarían la alimentación, otros el vestir, otros nos llevarían de un lado a otro en transporte público, otros distribuirían periódicos, otros fabricarían aparatos electrónicos, otros perfumes, otros los muebles, otros las viviendas, todo como hasta ahora, pero todo ello sin mayor interés que vivir sin preocupaciones haciendo cada uno lo mejor que pudiera para la humanidad. Todo el mundo tendría de todo y trabajaría para todos. Naturalmente la idea no era que la inmensa mayoría de la población obtuviera por su trabajo unos ingresos con los que apenas llegan a final de mes mientras que hay otros que ganan en un día lo que los otros no ganan en dos años.

   Pero estamos en el siglo XXI y peor no podíamos haberlo hecho. Estamos agotando recursos sin pensar que se acaban. Contaminamos más que nunca y cuando se les advierte de ello a los que más lo hacen, disimulan y dicen que los otros más. La riqueza de la población mundial está en unas pocas manos. Más del 90% de la población mundial tiene menos poder adquisitivo que el resto. ¿Por qué? Por la avaricia de esos pocos. Se dedican a acumular riquezas muchas veces a costa de fabricar productos en los países donde poco o nada se respetan los derechos humanos. Los negocios son simplemente una máquina de hacer dinero, y si puedes aplastar a la competencia, mejor. Nada de montar el negocio para servir a las personas, sino para ganar dinero. En una empresa, antes era más importante  la sección técnica, donde se desarrollaban los productos y se vendían por su calidad, mientras que ahora lo importante es la sección comercial, donde las empresas buscan a la gente que vende hasta a su madre con tal de conseguir vender algo. No importa si el producto no es tan bueno, si tienes un buen comercial, te lo venderá igualmente, aunque sea mintiendo.

   A los bancos hay que darles de comer aparte. Lo que debería ser un servicio para el ciudadano es una insensible fábrica de usureros para ganar dinero a toda costa. Y te ofrecen de todo para que te abras una cuenta en su entidad y quedar atado durante décadas a ese banco. Y ahora son, además, más inmobiliarias y vendedoras de seguros que administradoras de dinero. No te aconsejan lo mejor para el cliente, sino lo mejor para ellos, amparándose en la ignorancia de la gente.

   Políticamente, el mundo es una pena. Dividido en dos centenares de países, hay para todos los gustos. Democráticos, dictatoriales, monárquicos, republicanos, teocráticos, pero todos ellos son gobernados por gente ambiciosa que no tiene reparos en mentir si ello le permite perpetuarse en el poder y seguir enriqueciéndose, mientras no pagan los impuestos en el país que dirigen y que tanto dicen que aman, porque tienen todo lo que le sisan a los contribuyentes en paraísos fiscales.

   Que haya tantos países y tan diversos es una gozada para la industria armamentística, que se frotan las manos cada vez que algún dirigente de algún país pequeño se envalentona y se le ocurre amenazar a las grandes potencias. El problema es que llegue el día en que sea una gran potencia la que amenace a otra gran potencia. Las consecuencias las pagaremos todos los demás.

   Miedo da pensar lo que se oculta a la gente corriente. Entre intereses económicos, políticos y sociales, no es de extrañar que los que poseen esos poderes teman perderlos, y para ello nos acribillan cada vez más con más leyes que recortan las libertades del ciudadano, como el control de Internet, las censuras, o la cada vez más numerosa presencia de cámaras de vigilancia en las calles (de momento en las calles).

   ¿Y qué decir de la Justicia? Si eres un desgraciado que robado para comer es más probable que se quede en la cárcel a cumplir su castigo que un ricachón poderoso que haya amasado una fortuna a costa de defraudar a hacienda o robar fondos públicos o privados, o aprovechando su buena colocación política, o sobornando a jueces o jurados. Es incomprensible que esa gente que estafa, engaña y roba se permitan el lujo de estar en la calle simplemente por disponer de un dinero robado que les sirve para pagar las fianzas multimillonarias.

   Pero Dios creó los cielos y la tierra, y debe estar sorprendido de lo mucho que ha aprendido el hombre fruto de su creación. Sorprendido de ver que lo que Él nunca hizo, como poner freno a la libertad del hombre, sí que es el hombre el que le pone todas las prohibiciones y límites a sus congéneres.

dimecres, 25 de gener del 2012

Demagogia sobre Megaupload


   Que aquí todo el mundo cuenta lo que le interesa es una obviedad. Continuando con el esmerado empeño de las “autoridades” de echar toda la porquería que puedan sobre el  creador de Megaupload, ahora no se les ocurre otra cosa de lanzar la noticia de que los cines y los videoclubs han registrado un aumento de clientes del 30% después del cierre de la web. ¿Alguien se puede creer esto? Supongo que siempre habrá algún pardillo que se cree a pies juntillas lo que dice el periódico o el noticiario televisivo que elige para informarse sin pensar que ese medio de comunicación tiene su visión subjetiva de la realidad y que no defienden otra cosa que sus intereses, y ese pardillo dará por ciertas todas las afirmaciones sin contrastar con otras fuentes.



    Yendo a la raíz del problema, quizás si las películas que se estrenan en el cine fueran buenas la gente iría a verlas. ¿Te vas a gastar una buena cantidad de dinero en ir a ver una bazofia de película? ¿Cuál ha sido la última buena película que has visto en los cines? ¿Por qué abusan en el precio de las palomitas y el refresco?
   ¿Y la música? ¿Hay algo nuevo en la música? Todo es lo mismo. Si un grupo o cantante tiene una canción que tiene un poco de repercusión todas las demás canciones las componen pensando en seguir el mismo patrón. Cuando se les acaban las ideas, recopilatorio al canto.
   Que no se rasguen las vestiduras los autores que tanto se quejan de la piratería. Si la película o la música que hacen son buenas, seguro que se venderá en los cauces legales, otra cosa es que quieran enriquecerse rápidamente cobrando unos excesivos derechos de autor por unas obras que dejan mucho que desear.

dimarts, 24 de gener del 2012

El cierre de Megaupload


   El pasado fin de semana saltó la noticia del arresto del creador de Megaupload y la clausura de su web por parte del FBI. Rápidamente y para justificar la dudosa legalidad del cierre de la página en cuestión empezaron a aparecer imágenes en los noticiarios del arrestado, de su tren de vida, de los millones que tenía, en qué se los gastaba, las locuras que hacía al volante de sus lujosos automóviles…



   Que hizo mucho dinero con su página web está claro. ¿Demasiado? Quizás, pero no olvidemos que cualquier genio de la informática, véase Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckerberg, también están (o estaban en el caso de alguno de ellos) bañados en oro y a nadie le extraña que hayan amasado tanto dinero. Y de en qué se lo gasta, nada tiene que ver con el delito del que se le acusa. Si tiene dinero y se lo gasta, pues que se lo gaste. De lo que se trata es de desprestigiar a la persona en cuestión con el fin de tener a la opinión pública de tu lado a la hora de decretar el impopular cierre de la web (“¡claro, como el tío este se ha enriquecido pirateando películas y música…!”).
   A ver si pusieran el mismo empeño en encarcelar y bloquear las cuentas de la infinidad de imputados en delitos económicos que todos tenemos en la mente, aunque sea una personalidad muy “real”.

dimecres, 18 de gener del 2012

Cuanto más robes, menos riesgo de ir a prisión

   Ya estoy de vuelta. Hace un mes que no escribía nada, y es que llevo haciendo un colosal esfuerzo, como tanta gente que nos rodea, por soportar todo lo que tenemos encima, lo que tenemos que aguantar, y todo lo que se nos avecina.
   Por un lado, tenemos a los políticos que son unos incapaces. No encuentran otra solución que solucionar la crisis (valga la redundancia) subiendo impuestos, recortando derechos adquiridos, y subir los impuestos sobre el trabajo por cuenta ajena, con lo que se verá reflejado en la nómina de los trabajadores. Resulta que las arcas están vacías, y los responsables están impunemente paseando por las calles. Aquí nadie asume responsabilidades. ¿Que algún ministro se ha gastado lo que no tenía en construir un aeropuerto por el que no hay vuelos apenas? No pasa nada, que pague el contribuyente y santas pascuas. ¿Que algún alcalde ha construido para su pueblo de mil habitantes un polideportivo inmenso con capacidad para 5000? Sin problema, ya está el asalariado para pagarlo. ¿Que un iluminado ha soñado con una red ferroviaria capaz de llevar el tren de Alta Velocidad a todos los rincones del país (eso sí, pasando todas las líneas por Madrid, las necesarias como el corredor Mediterráneo que son las que pueden llevar rentabilidad pueden esperar)?. Pues les congelaremos la pensión a los abuelos (reducirla sería perder muchos votos de gente que no tiene nada que perder)...



   Por otro lado, tenemos a la gente que nos ha robado impunemente aprovechándose de sus contactos con el poder, con todos los niveles de poder, los Félix Millet, los Francisco Camps, los Iñaki Urdangarín, los Julián Muñoz y Pantojos, los Pepiño Blanco, los Ruiz Mateos, los Jaume Matas... son tantos, que son incontables. ¿Cuánto han estafado esta gente? ¿Cuántos hay en prisión? Seguro que si devolvieran todo lo que han robado (aquí, encima tengo que decir "presuntamente" sino me pueden meter en la cárcel a mí y yo si que tendría que cumplir la condena que me impusieran) no habría el más mínimo atisbo de crisis ni tendrían que recortar algo tan difícilmente recuperable como la sanidad universal que teníamos hasta ahora o la educación.
   Cómo estará la cosa, que hasta a algunos multimillonarios se les cae la cara de vergüenza de ver que los políticos no tienen narices de hacerles pagar un poquito de la cantidad de millones que ganan al día y hasta alguno sugiere que también les suban los impuestos a ellos, ya que pagan menos a hacienda que sus secretarias.
   Pero bueno, todo en esta vida tiene remedio, y seguro que todavía nos podrán sangrar un poquito más a cada uno de nosotros para sanear las cuentas de los estados. Y cuando no puedas pagar tus deudas, les das la vivienda a tu banco, te vendes el coche y te vas a vivir debajo de un puente.