Justicia

Muchas veces hemos oído la expresión "creo en la justicia". La hemos oído muchas veces cuando entrevistan a alguien a la puerta de un juzgado, o cuando se lo preguntan a algún personaje famosete de pacotilla en alguna de sus dudosas trifulcas por la televisión. Pero ¿que es creer en la justicia? ¿Es que se cumpla lo que marcan las leyes? Y si las leyes no están bien hechas, ¿dejará de haber justicia?

Pongamos por caso que un ladronzuelo le quita a una persona 100 euros y otro ladronzuelo le roba a otra persona 500 euros. ¿Que diferencia hay? Pues que la primera habrá "hurtado" 100 euros, mientras que la segunda habrá "robado" 500. El primero tendrá una falta y el segundo una pena (no muy elevada por cierto). Entonces yo me pregunto: ¿El susto que se ha llevado la víctima es mayor en el segundo caso que en el primero?

Pues no, es el mismo. No se puede medir la gravedad de un delito por la cantidad. Es un delito y debe pagar por ello.

Imaginémonos la cara que se les debe quedar a los cuerpos de seguridad al ver salir a los delincuentes por la puerta de las comisarías después de haberse jugado la vida para detenerlos. Cientos de veces a los mismos delincuentes (los peruanos de las autopistas, por ejemplo).

¿Es razonable que una persona como Félix Millet, que ha robado millones de euros de subvenciones de las administraciones, esté en la calle? Él mismo reconoció en una carta a un diario haberse apropiado de una parte de ese dinero.

¿Alguien puede explicar porque condenan a criminales a miles de años de cárcel y, a la práctica, sólo cumplen 20 o 30 años porque es la pena máxima que una persona puede estar en prisión?

Si condenan a una persona a una determinada pena, ¿Por que no las cumplen enteritas en vez de rebajarlas con atenuantes tan dudosos como trabajar en la lavandería o similares?

Cumplir la ley no es siempre hacer justicia. Pero entonces ¿Habrá bastante con cambiar las leyes? Eso es lo difícil, porque quienes tienen la potestad de hacerlo son los políticos y no se van a echar piedras sobre su tejado. A buen entendedor...