dissabte, 18 de juny del 2011

Una sonrisa, por favor...

Hay sonrisas para todos los gustos. Las hay sinceras, cuando tienes un buen día y te sientes alegre; las hay de circunstancias, como cuando te hacen una foto y en esos momentos no tienes ganas de que te hagan una foto; las hay falsas como la sonrisa de un político... Yo que nunca me meto con los políticos hoy voy a romper la norma y voy a hablar sobre este último tipo de gente que sonríe tanto. Son los que más sonríen. Sonríen cuando hacen campaña electoral, sonríen cuando hacen las ruedas de prensa, sonríen cuando los acusan de no pagar los trajes que usan (¿verdad señor Camps, President de la Generalitat Valenciana?), sonríen cuando sus partidos les organizan fiestas, comilonas y mitines. En fin, tienen siempre una sonrisa en la boca. Parecen la Giocconda posando para Leonardo Da Vinci.



La realidad es que me parece que tal como está la situación política en el mundo, hay pocos motivos por los que sonreír. La gente no encuentra trabajo, cada día hay más desahuciados de sus casas, los banqueros son cada vez más ricos, la clase media cada vez está peor, la justicia brilla por su ausencia... 

Menos mal que dentro de la tristeza que genera esta situación actual, siempre nos quedan algunos motivos por los que hacer asomar una sonrisa en la cara, algunos motivos por los que podemos olvidarnos de los problemas cotidianos y emocionarnos. Siempre nos quedará en la retina el reencuentro (muy bien remunerado, por cierto) de Paquirrín y la Pantoja.

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