Afortunadamente se termina el mandato de
Zapatero. Un mandato que no pasará precisamente a ser recordado por la buena
gestión. Las promesas electorales se han convertido en promesas incumplidas. ¿Y
esperan que les queramos? Una muestra más de la inutilidad del gobierno que
hemos tenido hasta ahora es la de los 759 millones de euros que el estado
español se comprometió a abonar al gobierno catalán por escrito en los
presupuestos. Queda una semana de mandato del gobierno actual y no se ha hecho
efectivo el pago, se lo dejarán al nuevo gobierno. Lo que parece es que nos
toman por el pito del sereno y se buscan excusas de mal pagador para no cumplir
lo que se comprometieron a hacer. No es nuevo. Todavía se recuerda por
Catalunya la célebre frase de Zapatero, aquella que decía “apoyaré el Estatuto
que apruebe el Partlament de Catalunya”. Naturalmente, ni apoyó el Estatuto de
Autonomía que salió del Parlament de Catalunya, ni va a pagar los 759 millones
que se comprometió por escrito a pagar a la Generalitat. Pero lo más irritante
de todo es la excusa que ha puesto la ministra de economía. Me parece de lo más
provocadora. Dice que los presupuestos son una “posibilidad de gastar, no una
obligación”. ¡Toma ya!
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