Jean
Nouvel, arquitecto famoso y autor del proyecto de la torre Agbar, en Barcelona,
también llamada por algunos barceloneses “el supositorio”, por su forma, se
queja de que no limpian los cristales y están sucios, que sólo luce de noche
cuando se encienden las luces. En realidad, esta torre de 145 metros de altura
está toda recubierta de cristal. Imagino que no debe ser fácil la tarea de
limpieza del edificio. Si en mi casa ya es una faena limpiar los cristales,
imagino que lo será mucho más la torre Agbar aunque tengan muchos más medios para
limpiarlos al tratarse de un edificio propiedad de la compañía del agua. Pero
es que los cristales se ensucian. Cuando llueve se ensucian, cuando hay
temporadas que no llueve, se llenan de polvo. ¿Qué se tendría que hacer?
¿Limpiarlos cada vez que llueve? ¿Limpiarlos cada cierto tiempo regularmente?
¿No estaba previsto cuando se diseñó el edificio? Quizás hubiera tenido que
pensar en construirlo de ladrillo que no necesita tantos cuidados.
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