Esta noche se terminan (por fin) los mítines
de la campaña electoral para elegir al nuevo presidente español. Este día dará
paso a la jornada de reflexión antes de que el domingo se celebren las
elecciones. Previamente hemos tenido la llamada precampaña electoral, donde sin
poder pedir el voto, se pueden hacer mítines donde se critica al adversario y
se elogia lo bien que lo harían ellos. Antes de esta precampaña se pasan todo
el año montando otros mítines con cualquier motivo para lo mismo, echar pestes
de los partidos políticos rivales y decir lo que harían ellos.
En realidad, esto deja patente que estamos
sumergidos en una campaña electoral permanente. ¿No nos podrían dejar
tranquilos a los pobres ciudadanos de vez en cuando? Todos los fines de semana
los partidos políticos salen en los informativos para que se vea que han
celebrado un mitin en tal o cual localidad con la excusa más tonta y en él se
ponen a despotricar del contrario. Esto no se debería permitir. La campaña
electoral dura dos semanas. Son en esas dos semanas en las que los partidos
políticos deberían tener permitido realizar actos de propaganda para pedir el
voto, y fuera de esas dos semanas su
labor debería realizarse en el Congreso de los Diputados, su lugar natural, no
en los pabellones alquilados de todos los lugares de España con el apoyo de los
militantes.
Hablando de militantes, además de cansinos,
falsos, ya que todo está preparado. La gente que vemos detrás de los oradores
no están allí por casualidad, sino que los colocan allí para dar buena imagen.
La gente que abarrota las gradas son militantes que se han afiliado en el
partido para conseguir favores cuando manden (a cambio, eso sí, de que acudan a
los actos del partido, o por muy militante que seas no te darán ni los buenos
días). Y es que no es oro todo lo que reluce.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada