Ya vuelven a estar aquí. Los políticos ya
vuelven a pedirnos el voto para las próximas elecciones del 20 de Noviembre. La
verdad es que el panorama es desolador. Ya no hay posibilidad ni siquiera de
prometer otros famosos 400 euros con los que el señor Zapatero quiso comprarnos
las pasadas elecciones. Las arcas están vacías. El descrédito de su gobierno es
tal que ha supuesto que al señor Rajoy
ya no le haga falta ni siquiera regalarnos los oídos con promesas de las
que más tarde se arrepentiría. Puede decir abiertamente que recortará aquí y
allá tranquilamente sin que ello le suponga la más mínima merma de votos. Es el
resultado de la faena mal hecha.
De todos modos, mal haría el señor Rajoy de
creer que los resultados que cosechará estas elecciones su partido, donde es
más que probable que obtengan la mayoría absoluta, sean debidos a la confianza
que se le tiene para liderar el país y que su programa es bendecido por los
españoles. Simplemente ganará por lo mal que lo ha hecho Zapatero. Éste ha
decepcionado a sus votantes, los indignados no votarán –y esto es un voto
mayoritariamente de izquierdas-, mientras que el electorado del Partido Popular
está totalmente movilizado. Al señor Rubalcaba le pesa demasiado la losa que
supone la herencia de Zapatero, a pesar de que ha sido el mejor ministro que ha
tenido. Ahí está su labor al frente del Ministerio del Interior, donde fue una
pesadilla para los terroristas.
Esperemos que pasen pronto las elecciones,
los políticos descansen y nos dejen descansar (de oírles, naturalmente), y que
mejore la situación económica mundial a pesar de lo difícil que lo han puesto
ellos mismos.
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