dilluns, 16 de maig del 2011

Aunque la mona se vista de seda...

Leo en la edición digital del diario El Mundo, que están desarrollando un uniforme para mejorar la expresión corporal del político. Si, han leído bien, la expresión corporal del político. Disculpen, pero es que yo todavía me estoy riendo. Por lo visto, se trata de una malla provista de varios sensores que detectan la posición que tiene la persona. Entonces se compara con un patrón de, se supone, corrección. Entonces, con la ayuda de un entrenador personal se corrigen las desviaciones entre el patrón y la posición a corregir. Aducen los inventores, que una mala expresión corporal les resta votos. En verdad, ¿alguien cree que si Zapatero, por poner un ejemplo, se pone en manos de un entrenador personal y se pone el traje, conseguirá algún voto más? Como no se crean que con ese traje es Supermán... ¿Y Rajoy? Si se pone el traje y se pone en manos de un entrenador personal ¿ganará más votos?. No, simplemente le bastará con que Zapatero se ponga el traje y la gente piense que ha perdido el poco juicio que le queda.



El verdadero problema de los políticos, a ver si se enteran, no es que tengan una buena o mala postura corporal, sino que mienten más que hablan porque no son ellos mismos. Les escriben los discursos, les cambian la imagen (hoy la raya del peinado a la izquierda, hoy raya a la derecha; hoy bigote poblado, hoy afeitado), los llevan a hacer mitines, les hacen prometer cosas que después no pueden cumplir... Lo malo es que siempre habrá algún tonto a quien convencer. Desde luego no hará falta que los políticos ensayen con el traje, ya sabemos que aunque el político se vista de seda... con los mismos votos se queda.

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